HOGAR, DULCE OFICINA: ¿ESTÁN LAS EMPRESAS PREPARADAS PARA LOS RIESGOS DEL TELETRABAJO?

En los últimos años, miles de hogares chilenos se han transformado en improvisadas oficinas. El auge del teletrabajo, acelerado por la pandemia, ha llevado a que más de 500,000 trabajadores, según datos de la Dirección del Trabajo, hayan convertido sus livings, dormitorios y comedores en sus nuevos espacios laborales. Esta transición, aparentemente fluida, esconde una pregunta crucial: ¿realmente están preparadas las empresas para garantizar la seguridad de sus colaboradores en esta nueva normalidad?.

La comodidad del hogar puede ser engañosa. Detrás de la flexibilidad y el ahorro en tiempos de desplazamiento, se ocultan riesgos laborales poco evidentes pero potencialmente graves. La legislación chilena, adaptándose a esta realidad, ha establecido un marco regulatorio específico con la Ley 21.220 sobre trabajo a distancia, y recientemente, con la Ley 21.645 que busca conciliar la vida personal, familiar y laboral a través del teletrabajo. Estas normativas, lejos de ser meras formalidades, imponen obligaciones concretas a los empleadores en materia de seguridad y salud ocupacional.

Sin embargo, la pregunta persiste: ¿cuántas empresas han logrado trasladar efectivamente sus protocolos de seguridad laboral del ámbito tradicional de la oficina al diverso y cambiante entorno de los hogares de sus trabajadores? La respuesta a esta interrogante puede marcar la diferencia entre un teletrabajar seguro y productivo, o enfrentar consecuencias legales y económicas significativas.

En esta noticia, exploraremos los desafíos que enfrentan las organizaciones para salvaguardar a sus teletrabajadores, analizaremos casos que ilustran los riesgos latentes, y, sobre todo, brindaremos una hoja de ruta para que las empresas no solo cumplan con la ley, sino que genuinamente protejan a su activo más valioso: su capital humano.

Porque en esta nueva era laboral, donde el hogar se ha vuelto nuestra oficina, la prevención no es solo una obligación legal, es una necesidad estratégica.  ¿Están Las Empresas Listas Para Este Reto?

Frente a esta rápida evolución del marco normativo y la creciente adopción del teletrabajo, surge una interrogante crucial: ¿Están realmente preparados los empleadores para garantizar la seguridad de sus colaboradores que trabajan a distancia? La legislación es clara al establecer que las obligaciones en materia de seguridad y salud en el trabajo se mantienen plenamente vigentes en el contexto del teletrabajo. Sin embargo, la adaptación de los protocolos tradicionales de prevención de riesgos a entornos laborales dispersos y variados como los hogares de los trabajadores presenta retos significativos que muchas organizaciones aún están aprendiendo a abordar, algunas de ellas como las obligaciones del empleador, por ejemplo:

Detallar la necesidad de realizar una matriz de riesgo: Nuestra legislación obliga al empleador a identificar y evaluar las condiciones ambientales y ergonómicas de trabajo de sus teletrabajadores, conforme a las características de los puestos y lugares de trabajo. Para ello, es fundamental elaborar una matriz de riesgo específica para el teletrabajo. Esta matriz debe considerar los riesgos físicos, psicosociales y ergonómicos a los que podría estar expuesto el trabajador en su domicilio u otro lugar remoto, permitiendo así implementar medidas preventivas adecuadas.

Explicar el proceso de evaluación del lugar de trabajo del teletrabajador: El proceso de evaluación inicia con la autoevaluación del propio trabajador, mediante un check-list proporcionado por el empleador. Posteriormente, y con el consentimiento del trabajador, el empleador debe realizar una evaluación presencial del lugar de trabajo. Si esto no es posible, se pueden utilizar medios tecnológicos como videollamadas. El objetivo es verificar que el espacio cumpla con las condiciones de higiene y seguridad adecuadas. Esta evaluación debe repetirse periódicamente y cada vez que haya cambios en el lugar de trabajo que puedan afectar las condiciones de seguridad y salud del teletrabajador.

Destacar la importancia de adaptar el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad (RIOHS) a esta modalidad: La adaptación del RIOHS no sólo es un requisito legal, sino que también sirve como guía para que tanto empleadores como trabajadores comprendan sus derechos y obligaciones en materia de seguridad laboral durante el teletrabajo. Además, un RIOHS bien adaptado puede ser una herramienta valiosa de defensa para el empleador en caso de accidentes laborales, demostrando su diligencia en la prevención de riesgos.

La correcta implementación de estas obligaciones no solo protege al trabajador, sino que también salvaguarda al empleador de posibles responsabilidades legales derivadas de accidentes o enfermedades profesionales. Por ello, el asesoramiento legal y técnico en estas materias resulta crucial para garantizar el cumplimiento normativo y la seguridad de los teletrabajadores; Es por esta razón, que, existen varios desafíos en la implementación, tales como dificultades de evaluar espacios privados, variabilidad de las condiciones del trabajo, necesidades de capacitación, entre otros.

En MOS ABOGADOS, contamos con un equipo de expertos en derecho laboral que pueden asesorar a los Empleadores en diseñar anexos de contrato que no solo cumplan con los requisitos legales mínimos, sino que también prevean y regulen situaciones específicas del teletrabajo, como el derecho a la desconexión, el suministro de equipos, la compensación de gastos, y los mecanismos de supervisión respetuosos con la privacidad del trabajador. También podemos realizar una revisión exhaustiva del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, asegurando que se incorporen disposiciones detalladas sobre el teletrabajo. Esto incluye procedimientos de prevención de riesgos, protocolos de actuación en caso de accidentes, y mecanismos de fiscalización adecuados a esta modalidad laboral.

La implementación efectiva del teletrabajo, cumpliendo con las normas de seguridad y salud laboral, demanda un enfoque proactivo y especializado donde la asesoría legal marca una diferencia sustancial. Cuantitativamente, previene costos elevados en multas e indemnizaciones; cualitativamente, fomenta una cultura de prevención que mejora el clima laboral y la reputación corporativa. La complejidad normativa y las particularidades de cada organización exigen estrategias personalizadas que solo un estudio jurídico experimentado puede proporcionar, anticipando riesgos y ofreciendo soluciones a medida. En el teletrabajo, donde lo laboral y lo personal convergen, la asesoría legal no es un gasto, sino una inversión estratégica que posiciona a las empresas para afrontar los retos del futuro laboral, protegiendo tanto a los trabajadores como a la propia organización.

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